Platería

Si es Berretta, Es Bueno

“Tenía el diseño en la mente para el primer cuchillo que me encargaran. También el temor de que no gustara. Mi primer cliente quedó sorprendido con el cuchillo, le gustó tanto que me recomendó a sus amigos. Siempre fueron diseños diferentes, exclusivos. Nunca hago dos piezas iguales...”

Luego las cosas comenzaron a precipitarse. El estilo muy particular y netamente criollo de las diferentes piezas, gustó. En esos primeros cinco años fue notable la cantidad de trabajo. Todo se hace de manera totalmente artesanal, en el pequeño taller instalado en su casa. Juan Cruz, su hijo, que desde los 8 años andaba por el taller mirando como se trabajaba, comenzó a aprender el oficio. Luego ya se incorporó a trabajar.

 

Berreta & Berreta: Plateros 

Juan Carlos Berreta, nació en Chivilcoy, en una modesta familia de tareas rurales. En el campo transcurrieron sus primeros 8 años de vida, luego con su familia se trasladó a Pilar, al barrio Las Margaritas, que no era cerrado, ni mucho menos. A esa edad, paseaba caballos y corría carreras cuadreras, y de sortija. 
Bastante seguido viajaba con sus padres al campo de Chivilcoy, para visitar a los familiares. Le gustaba el campo, los caballos, lo criollo. De chico observaba los trabajos de “soguería” (artesanía en cuero crudo) y reparaba los “juego de cabezas” para los caballos que paseaba y corría. Y para el suyo. Porque “ya tenía caballo”. Miraba a los que trabajaban soguería “en serio”. A los “Maestros Sogueros”. Comenzó sin querer a hacer sus propias “trenzas y tejidos”.Nadie le enseñaba nada, había que mirar y no preguntar. Nadie era propenso a contar, ni explicar nada. Menos a un chico. No había quien enseñara el “oficio”. 
También observaba a los que “hacían platería”, esto también le gustaba. La soguería se podía practicar y hacer con poca plata. La platería no. 

Primeros “trabajos”
Juan Carlos Berretta, “Carlitos”, siempre estaba en contacto con la gente de campo, quienes veían como el trabajaba arreglando sus riendas. Pronto comenzó a fabricar su primeras “riendas” por pedido. “Che Carlitos... no me hacés un jueguito de riendas... yo te las pago”
De a poco fue incorporando conocimientos de “soguería”, muy lentamente. 


LinkPilar: Pensabas en algún momento que esto se transformaría en un oficio para vos ?
Juan Carlos Berretta: No, en ese momento me interesaba aprender por mis gustos sobre las cosas del campo. Además, al tener que aprender mirando, nunca pensé que podría a llegar a ser mi oficio, no pensé que aprendería tanto. El “gringo” Martignani, de San Antonio de Areco, fue una de las pocas personas que me dio algunas indicaciones. 

Luego vino su época de estudiante secundario. En esta etapa el trabajo y el estudio, lo alejaron de las artesanías. Solamente algunas veces como “hobby”. Vendió diarios en el bar “La Parada”, también fue vendedor de autos. Si bien de familia humilde, nunca sus padres le hicieron pasar necesidades. Pero le gustaba trabajar. Entre los 18 y 20 años trabajó en una empresa automotriz, en Gral. Pacheco, en la que ganaba bien, pero a la que renunció debido a que no toleraba el encierro. El campo, lo artesanal, las vivencias de chico, las cosas criollas volvieron a ser los objetivos. 
A los 25 años, ya casado, retomó las artesanías, definitivamente como su medio de vida. La soguería fue perfeccionándose con un pronunciado estilo propio, debido a sus contactos permanentes con los centros tradicionalistas, sus viajes a San Antonio de Areco,y la observación de los principales artesanos. Ya comenzaba su inclinación por la platería, haciendo algunas pocas piezas para él, de manera muy rudimentaria, casi sin herramientas. 

Juan Carlos Berretta: “Mi amistad con Juan José Dragui, el verdadero platero de San Antonio de Areco, hizo que le comentara mi idea de hacer platería. Me explicó que la inversión en herramientas, era importante. Que debía pensarlo bien. Cuando me decidí, me asesoró en las direcciones para las compras de las herramientas. Vendí un auto que tenía, y comencé. Compré herramientas que ni sabía para que eran. Tuve noches sin dormir haciendo de nuevo piezas que no me gustaban”

La soguería seguía siendo el medio de vida. Sus conocimientos de lo criollo, de su contacto con el campo desde pequeño, le permitió a su imaginación formar un estilo para las piezas de platería que comenzaba a realizar. 

Juan Carlos Berretta: Las ideas del diseño las tenía. El estilo gustó. Lo más difícil fue aprender a cincelar y soldar. Son la base de una buena platería. A cincelar no me enseñó nadie. A soldar tampoco. El único que me dio algunas indicaciones, fue Pedro González (en ese entonces tenía joyería en Pilar), al que le mostré como soldaba, y me dijo “que estaba bien, que así se hacía”. 

Juan Cruz Berretta: Tuve facilidad para aprender lo que mi papá me enseñaba. En 1995 participé en Mar del Plata de los Torneos Bonaerenses, concursando con los mejores. El cuchillo que presenté tuvo una mención especial. Volví en los años siguientes y ya tuve importantes premios por mis trabajos. Medalla de oro y medalla de plata, en Soguería y Platería. Eso me entusiasmó, me dio confianza, y me dediqué junto a mi padre a la platería. 
LinkPilar: Cuándo les encargan un trabajo, quien diseña de los dos ?
Juan Carlos Berretta: Los dos. Nos ponemos a conversar, e intercambiar ideas. Cuando el diseño queda definido, comenzamos a darle forma a la pieza. A partir de ahí, cualquiera de los dos puede hacerla. Uno puede empezarla y el otro puede seguirla. El estilo, con alguna variante, es el mismo.

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De este pequeño taller, salen verdaderas obras de arte, a cincel y martillo.
Después de verlos diseñar, cincelar y soldar, si alguien le dice que en Pilar, la Platería es “Berretta”... Dígale que SI.

(galería de fotos de las piezas) (ver)

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