Origenes de la Iglesia de Pilar
 
 
 
Documentos Antiguos
Una recopilación de documentos antiguos y de gran valor para esta población fueron donados por el Arquitecto Mario Buschiazzo al Rdo. Padre de esta localidad, Silvio Braschi.
 
Citamos el texto de solo uno de ellos, donde se describe la historia de nuestra Iglesia, que está totalmente vinculada a la fundación del Pueblo de Pilar.

 

 

 

“Es de notar que el plano de la iglesia, presentado en el año 1797 por la comisión expresada mas abajo, no se llevó a efectos; solo el 21 de Agosto de 1821 se empezó la construcción de la iglesia actual, proyectada por el señor teniente cura Vila.
En esta población y Capilla de N. S. Del Pilar, jurisdicción de la Villa de Luján, a ocho días del mes de Octubre de mil setecientos noventa y siete, habiéndose congregados los vecinos y moradores del Partido que han podido hacerlo con ocasión de ser día festivo de ambos preceptos, precedido aviso y convocación a todos con asistencia del Señor Alcalde de la Sta. Hermandad Juez Real de el Partido y del Señor Cura Párroco y Vicario Foráneo Dr. Don Luis Antonio García de Tagle, en la Iglesia Parroquial a defecto de otro lugar como modo se procedió a tratar y conferir sobre el trasladar la Iglesia de el lugar y paraje en que hoy se halla otro de mejores proporciones, teniendo en consideración varios urgentes y graves motivos como son: el hallarse el edificios amenazando ruina a causa de haber perdido su nivel las paredes y desviarse tan notablemente, que no solo se han desunido por el caballete las alas de los tejados, sino que últimamente se han reconocido enteramente zafados algunos tirantes, que si no se lian y sostienen a las piernas llaves hubieran causados sensible estrago; el estar el agua en tal inmediación que no distando vara y media de la superficie de la tierra, impide la subsistencia y conservación de este edificio y de cualquier otro que se construyera de la elevación proporcionada y necesaria a una Capilla Parroquial, por cuya razón Don Feliz de Alzara evacuando la comisión del Exmo. Señor Dr. Pedro Melo de Portugal, Virrey que fue de estas Provincias para el reconocimiento y demarcación de los pueblos de esta campaña, visto que hubo y reconocido este templo, aseguro, y creo deber poner en su diario ser de poca duración, por estar mal cuarteado, como especialmente por la cercanía del agua y que podría y debía trasladarse a una de las lomadas inmediatas.
A esto se agrega y a la fatalidad del terreno que es un vajio pantanoso circundado de arroyo y fangos en tal grado en el día no se puede entrar ni salir, sino por una sola callecita al Sur; y a las nosibas y excesivas humedades de el hasta verse muchas veces a aun pocos días a brotar el agua y correr sobre la superficie del suelo en las cosinas y salas de algunas de estas casas”.
 
Acordaron entonces los vecinos trasladar la Iglesia a otro sitio, a “una lomada inmediata, no distante de aquí 1 milla junto al camino real que guía a la Ciudad; paraje dominante y de vista deliciosa, donde se respira un aire puro y libre de la corrupción, conque esta imprenado el de este lugar con la continua ecaporación de los charcos y aguas estancadas, depósitos de las mas inmundas reses de bestias vivas y muertas”. A renglón seguido, a fojas 4, se acordó nombrar al cura mayordomo de la “nueva fábrica”, cosa que este asunto gustoso, aunque rogando se le eximiese del manejo de los fondos que allegarían los vecinos.
“Aceptado el temperamento propuesto de los caudales de las contribuciones voluntarias del vecindario como de todas las limosnas que lleguen a juntarse para dicha fábrica”. A foja 4 y 4 vuelta firman entre otros el Dr. Luis Antonio Tagle, Martín Arnaes, Ramón Pinazo, Ventura López, Joaquín Santa Ana Velascos, Manuel Santa Madris, Silvestre Burgos, Miguel Pardo, Joaquín Fernández, Victorino Cheves, Simón Burgueño, depositario de los recursos  a “Don Ventura, sujeto de probidad conosida en calidad de depositario así de los caudales de las contribuciones voluntarias del vecindario como de todas las limosnas que lleguen a juntarse para dicha fábrica”. A foja 4 y 4 vuelta firman entre otros Doctor Luis Antonio Tagle, Martín Aranes, Ramón Pinazo, Ventura López, Joaquín Santa Ana Velascos, Manuel Santa Madris, Silvestre Burgos, Miguel Pardo, Joaquín Fernández, Victorino Cheves, Simón Burgueño, Juan José De Cheves, Pedro Pérez, Francisco Arnaez, etc., etc., y una discreta cantidad de vecinos que no sabían firmar, cuyos nombres recojió el Alcalde de la Santa Hermandad, Don Martín Arnaes.
A fojas 5 viene la presentación del Excmo. Señor Virrey, en el cual se repite mas o menos los mismos términos de la nota presedente, diciendo entre otras cosas: “Erigida pues en Parroquia a aquella Capilla sin que hubiera presidido demarcación de Pueblo en el paraje donde se hallaba situada el Cura provisto, y sus sucesores reconociendo su estreches en comparación de la numerosa filijresía dispersa por el distrito, tomaron el albitrio de ir añadiendo mas obra para su amplitud, hasta formar un regular cañón de Iglesia a esmero de su selo”, en el párrafo que precede a esta: Decía el Cura Tagle que “siendo la capilla que había erigido en aquel Partido a espensas de un particular con anterioridad al año 1772, era mera ayuda de parroquia del Curato de la Villa de Luján”.
Sigue luego mencionando el estado ruinoso de dicha Capilla, así como los invonbenientes del emplazamiento que tiene en sitio tan pantanoso, “Como lo advirtió el Capitán de Navío de la Real Armada Don Feliz de Azara en el reconocimiento en el ejercicio de una comisión que le confirió el Excmo. Señor Virrey inmediato predecesor de Vuestra Excelencia patricio de dicha Iglesia el año próximo pasado del 96”. Dice a fojas 6Vta. Que “el horno que se ha de hacer deberá ceder este al uso de los vecinos feligreses que quisieran aprovechar de el para trabajar materiales con que erigir casas sólidas en la población que se forme”. A fojas 7 dice: “Meditada en estos términos la traslación de la Iglesia para el vecindario del Pilar, precediendo como es preciso el Superior permiso de V.E. acordó a si mismo conferirme por su parte toda su voz y facultades para promover a agitar las diligencias oportunas a la verificación de tan útil proyecto, ocurriendo a V.E. como respetuosamente lo ejecuto con exhibición del adjunto plano en solicitud de que pasada esta instancia a la junta Superior y evacuada los demás oficios que previene, S.M. al art. 66 de la Real ordenanza de Intendentes y en la Real Cedula del 25 de Abril de 1787, se digne aprobar el insinuado plano y el acuerdo o junta del Vecindario” (Firma la presentación el Cura Dr. Luis Antonio de Tagle, a fojas 7 y a renglón seguido hay una providencia fechada en Montevideo a 30 de Enero de 1798 que dice: “Pase al Señor Asesor General para que disponga su dictamen”, y una rubrica que debe pertenecer seguramente al Virrey, que era por aquella época Don Antonio Olaguer y Feliú), por insinuación del Asesor que era un tal Almagro, el Virrey dispuso que informara al Capitán de Navío Don Feliz de Alzara. El informe de este corre en fojas 9 y dice así:
 
Exmo. Señor
Recibií la de V.E. del 6 del corriente con el expediente devuelvo informando ser cierto que cuando estuve en la Capilla del Pilar, anoté sus defectos en mi diario: pero hallándome sin el no puedo decir sino lo que conservo en la memoria.
Es positivo que dicha Capilla estaba en sitio de tan poca solides que ya he manifestado que no puede ser de larga duración.
Tampoco dudo que su contorno es pantanoso e incapaz de soportar edificios públicos y de consideración, ni otros que los ranchos que hoy se ven: a lo que se agrega el mal piso y los efectos que puede causar la mucha humedad, resultando de todo que sería muy útil la traslación de la Capilla y Pueblo al paraje que indica el expediente porque allí hay espacio suficiente y piso firme para toda clase de edificios.
Pero como veo que los vecinos no ofrecen para los gastos cantidad positiva ni poco mas o menos, ni hacen el presupuesto de los costos, puede mandar que se expliquen mas sobre el particular, que no puedo manifestar dictamen porque carezco de compras y de tiempo para examinar el mencionado plan.
Nuestro Señor guarde a V.E. Ms. As.
Cerro Largo 22 de Febrero de 1798
Exmo. Señor
Feliz de Azara
 
Se ordena entonces dar vista a la parte interesada, contestando el Dr. Tagle que aparte de no ser del resorte del Señor Alzara el poner trabas, no cree necesario formular presupuesto ni fijar las cantidades con que podrán concurrir los vecinos, teniendo presente que el vecindario “pobre y disperso como el del Partido del Pilar, no han sabido proceder a la ejecución de iguales obras la seguridad de todos los gastos precisos sin que por ello hallan dejado de continuarse y concluirse”.
En suma vuelve a elevar el expediente en la misma forma sin el presupuesto que solicitara e Capitán Azara
La junta Superior de Real Hacienda con muy sano criterio se expide diciendo: Que mientras el Cura no solicite los recurso que habrá que invertir, ya sea para los arrefglos o para la nueva Iglesia, la Junta no tiene nada que hacer en el asunto. Firman ese informe: Felix de Casa Mayor, Antonio Carrasco, Antonio De Pinedo, y José María Romero, con fecha 23 de Febrero de 1799.
 
A foja 16 con fecha 12 de Marzo de 1799, se dispone que informe al Comandante de Ingenieros, calculando el costo que podrá tener la Iglesia nueva que pretende construir el Cura de Pilar con presencia de los planos presentados, y exponiendo si la magnitud de la obra corresponde a la población, evacuado este informe a la mayor brevedad, infórmese y dese cuenta. Sigue la rubrica del Virrey y la firma de un tal Velazco, probablemente el Secretario. A continuación viene el informe solicitado, que transcribo de inmediato.
 
Exmo. Señor
Visto y reconocido el expediente que ha pasado a mis manos la superioridad de V.E. con oficio del 1 del cte. con los planos que contiene de la Iglesia proyectada en el Partido de Pilar, próximo a la Villa de Luján, promovido por el Cura de aquel Partido y su vecindario, proviniéndose en el antecedente de fojas 17 ,decreto exponga si la magnitud de la obra corresponde o no a la Población de dicho Partido calculando  el costo que podrá tener la referida Iglesia. Debo decir, me es imposible practicar uno u otro por carecer de aquellos datos precisos a aproximarse a la verdad para esto es necesario y absolutamente indispensable saber el número de vecindario que hay en aquella Población, según las luces que presenta el plano y perfiles la considero capaz para un vecindario como el de la Ciudad y Plaza de Montevideo, pero advierto es un error el quererle cubrir con techado de ensambladura, pues además de su poca duración pide continuos reparos para su conservación y tengo por mas conveniente aumentar alguna cosa al grueso de sus muros construyéndoseles exteriormente algunos estribo, cubrirla con una bóveda sensible de medio ladrillo construyendo sus arcos torales según se acostumbra encima de dicha bóveda la correspondiente argamasa, cuyo costo considero diferir poco de la débil ensambladura. En lo que a la información del calculo de la referida Iglesia según se proyecta que se conoce hecho por facultativos cuya mano quizás no me es conocida con precisos muchos datos, del que carezco como son las vistas y reconocimiento del terreno donde se intenta construir, y averiguado su solidez y la profundidad que según esta debe darse a los cimientos, la calidad de materiales, como el ladrillo, cal, fierro, madera, agua y demás necesario; el costo que tendrá cada uno de ellos y el de su conducción hasta el paraje donde hay que edificarse según la distancia de donde se hallan de transporte, el de los jornales de los operarios, como albañiles, carpinteros los que sin duda supercrecerán al que se les paga en esta Capilla, por la distancia del Poblado y carencia consiguiente de aquellos auxilios, necesarios a su manuntención y subsistencia. Para todo lo referido es necesario el pase de dicho destino de los facultativos que son precisos, así de albañilería como de carpintería y a quienes se les halla de señar las correspondientes dietas que fueran. De esta Capital se paga a lo menos 4 pesos por día cuya asistencia no puede omitirse aun cuando parase algún oficial de Ingenieros al cual se habían de conceder los auxilios concedido por ordenanzas cuando salen de su destino a comisiones del Real servicio, para las operaciones que son necesarias pide su mecanismo no correspondiente a un oficial por todo lo que me parece que para ahorro podían destinarse los Mros. Mayores de Reales obras de albañilerías y Carpintería, Dn. Juan Bautista Masala y Dn. Manuel Palomares: Que es cuanto se me ofrece esponer consecuente  al mencionado decreto; sobre todo lo que se resolverá V.E. como creyera conveniente.
Buenos Aires, 4 de Abril de 1799.
Exmo. Señor
Josef García Martinez de Cáceres
 
 
De acuerdo a este dictamen, el Virrey comisiona al maestro Juan Bautista Masala para que reconozca el terreno, la cantidad de vecindario y formule el presupuesto del plano antes mencionado. Más el maestro Masala, año y medio después, sale por petenera, pidiendo que se lo exima de esa comisión, por razones de salud.
La tardanza de Masala irritó al Cura de Pilar con toda razón por supuesto, presentose al Virrey un escrito furibundo, una vez que se le dió vista del informe de Masala. El Virrey ordena a Masala que pase a la brevedad a evacuar la comisión que se le confirió. Vuelve a presentarse el Cura diciendo que si bien se ordenó a Masala que pasara de inmediato a Pilar a cumplir su cometido, en este caso se imposibilitó a Masala dar el debido cumplimiento por la grave enfermedad de que falleció. Por lo que solicita del Virrey se sirva subrogar en la persona de Dn. Isidro Lorea la comisión dada al finado Dn. Juan Bautista Masala.
 
Luego de sucesivos informes, presupuesto y a lo informado por el Comandante de Ingenieros Dn José Pérez Brito, el Virrey pone termino a las andanzas del pobre y tesonero Cura Tagle, y dispone la Real Junta lo siguiente:
Se aprueba la construcción de la nueva Iglesia que contiene este expediente ejecutándose con arreglos al citado plano y presupuesto del Maestro Conde con preferencia al plano que obra a fs. 1, edificándose dicho templo en el lugar que pide y señala el Cura Tagle, y aprueba el citado Conde, en virtud del reconocimiento que hizo: y se devuelve a S. Exa. Para la providencia mas conveniente a la ejecución de la obra y demás que conviene al expediente. Siguen varias rubricas y la firma de Velazco, lo que prueba que lo antecedente es el dictamen de la Junta Real de Hacienda que elevado al Virrey, obtiene la definitiva sanción de este.
Bs.As. 11 de Junio de 1803
 
 
 
 
 
 
 
 

 

 

 

 Consultános para ofrecer tus servicios en Pilar: Info@linkpilar.com.ar