Una Adopción Responsable ( parte II )

EL CACHORRO Y YO

 El título de esta sección no es caprichoso. El cachorro sano formará parte de nuestra familia y es importante que así sea, si queremos evitar problemas de comportamiento y aprender a manejarlo correctamente. El perro que es aislado de su ‘jauría’ no desarrollará un vínculo suficiente para lograr aceptarnos como líderes, provocando trastornos de convivencia que pueden llegar a ser importantes dependiendo de la raza y el temperamento. Entre las opciones, podemos tener en cuenta si queremos perros mestizos o de raza. Los perros mestizos, si bien suelen ser más fuertes, pueden llegar a desarrollar ciertos problemas de salud o comportamiento que desconozcamos por no tener detalles de su origen. Sin embargo, suelen ser muy buenos compañeros y tan adiestrables como los perros de raza. Al momento de elegir una raza es vital que investiguemos sobre la misma: requerimientos de ejercicio, temperamento, tamaño. Es común, lamentablemente elegir razas para que luego nos desagraden conductas inherentes a la misma. Son muchos, por ejemplo, los labradores o golden retrievers que son abandonados porque ‘se meten a la pileta y no nos gusta’. Pues si averiguamos un poco sobre la raza, sabremos q es parte de su esencia, de hecho tienen membrana interdigital. Estos son perros activos y con buena predisposición para aprender. El nivel de energía también es algo a tener en cuenta. Los perros pastores, por ejemplo, son perros de trabajo, con una genética acorde a su función, acostumbrados a recorrer kilómetros junto a un rebaño y pastor. Suelen ser perros protectores que desarrollan un fuerte vínculo con sus dueños. Las características de la raza de nuestro interés debe ser un factor fundamental en nuestra decisión. Una vez seleccionada la raza que se adapta a nosotros, llega el momento de ir a conocer a la camada: Al analizar una camada de cachorros, debemos observar el nivel de energía de cada uno. Como reglas generales, no deberíamos seleccionar ni al más activo y seguro, ni al más tranquilo. El hecho de ser más activo y decidido puede ser indicador de un perro dominante, más difícil de manejar si el dueño es inexperto. Si el cachorrito es el más tranquilo, esto puede devenir en problemas de conducta como consecuencia de miedos e inseguridades. Como todo en la vida, ni un extremo, ni el otro. La edad ideal para llevar el cachorro a casa es alrededor de las 9 semanas, momento en que la vinculación con el dueño y el aprendizaje en el nuevo entorno pueden desarrollarse de forma óptima. Los primeros días del cachorro en casa son una aventura fascinante de vínculo y exploración. Tienen que ver con que hombre y perro empiecen a familiarizarse el uno con el otro y encuentren, finalmente un lenguaje común. Esta experiencia merece un capítulo aparte que seguramente empezaremos próximamente. 
 
María M. D’Adamo 
Adiestradora Canina (U.B.A) 
www.animalitis.com.ar 
info@animalitis.com.ar 
PLANETA VETERINARIO 

 

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