LinkPilar: Su labor de periodista
político comenzó en 1984, con el advenimiento de la democracia, ¿cuál es
su balance político de estos años, cuales fueron los hechos mas
significativos, mas allá de la democracia misma ?
Nelson Castro: El elemento de haberse formado una cultura
democrática. Ya con 26 años de ejercicio democrático, hay toda una
generación que se formó en este aspecto, que lo tiene incorporado como
patrón cultural, y esto es algo muy importante, es el cambio más
importante que ha tenido la sociedad. El sistema ha dado muchos
beneficios a la sociedad. Hay muchas deudas, que no son de la
democracia, las limitaciones son de la dirigencia, y por supuesto son
fuertes. El hecho de que la dirigencia Argentina, no haya conseguido
establecer pactos mínimos comunes, para construir una República, esto es
un problema. La Argentina tiene democracia, pero todavía no tiene
consolidada una República, y este el desafío. Yo diría, que es la gran
asignatura pendiente de estos 26 años de democracia.
LP: En su libro “La sorprendente historia de los vicepresidentes
argentinos”, que comienza con Salvador María del Carril en 1854, hasta
Julio Cobos, en nuestros días, se evidencian actitudes y comportamientos
de la dirigencia política. Historias de traiciones, de dobles mensajes,
de decir una cosa y luego hacer otra, de especular siempre con el
beneficio personal en lugar de priorizar la representación y conducción
del pueblo que los ha votado. Facetas muy desagradables de la actividad
política. En nuestro país está marcada la política por estos matices.
¿Ud. cree que esto puede cambiar?
NC: Por supuesto que sí.
Lamentablemente, en todas partes del mundo sucede esto, es algo
inherente a la “condición humana”, que en la política se potencia mucho
más. Por eso es importante el sistema, y la conformación de una
República, que implica normas e instituciones fuertes, que se impongan
por sobre los desvíos de la condición humana de cada una de las
personas. Esto es lo que nosotros no tenemos, y tampoco lo tenemos
incorporado como “cosa cultural”. La sociedad argentina actual, se
desarrolla en un contexto cultural donde violar la ley es un modo de
vivir, no es algo que genera rechazo unánime. Tenemos que trabajar mucho
sobre esto, y para eso es evidente una falta de liderazgo en la política
que no ayuda para esa construcción. Este punto es una predica
importante, que nosotros como periodistas tenemos que destacar como un
valor a consolidar.
LP: ¿La debilidad de las instituciones es la que hace que un
Gobierno pueda manejar de manera “caprichosa y sectorial” decisiones que
deberían contemplar el bienestar general?.
NC: Así es, es inquietante. Ese es uno de los desafíos que en
este momento está poniendo a prueba a nuestra democracia, al sistema de
República.
Uno de los motivos es lo que dije anteriormente, sobre la falta de
acuerdos mínimos entre la dirigencia política, por eso algunos se están
“despertando” de esto, y están teniendo alguna versión autocrítica de
los cosas. Están viendo que cuando no hay acuerdos mínimos, todos pueden
ser víctimas de todos. Esta es una visión que está llegando a la
Argentina con 26 años de demora. España la tuvo antes con el Pacto de la
Moncloa, sobre el cual mucha gente habla sin saber. Este pacto nació
primero como emergente de las condiciones socio-económicas de España,
cuando el 25 de Octubre de 1977, se firma el Pacto de la Moncloa, lo que
había dado pie a ese acuerdo fue el alto índice de inflación y
desocupación. Lo que ocurrió allí, fue que superaron diferencias
personales, dirigentes nada menos que como Adolfo Suárez y Santiago
Carrillo, que aprovecharon esa coyuntura para generar acuerdos políticos
que le dieron a España el punto de partida de su recuperación y su
inserción en la modernidad. Políticamente pueden tener agresiones, a
veces importantes, pero mantienen siempre el acuerdo en 4 ó 5 puntos
fundamentales. Esto es lo que le falta a la Argentina, un pacto aunque
sea con acuerdos mínimos.
LP: ¿Nuestra democracia tendrá la madurez para un acuerdo así?
NC: Yo creo que está surgiendo esa posibilidad. Primero, se están
dando cuenta que sin estructuras partidarias importantes es muy difícil
mantener la gobernabilidad. Se puede ganar una elección pero no se puede
gobernar. Segundo, que esta idea de que en el país puedan existir 50 ó
60 partidos políticos, no creo que pueda ser, podrán existir 2 ó 3, y
luego los demás partidos chicos, pero la estructura partidaria es la que
da la gobernabilidad. Tercero, hay un desafío importante para el
Peronismo, han gobernado por 18 años al país, y la pobreza no se ha
reducido, los postulados sociales del Peronismo no se han visto
reflejados en sus gobiernos, después de haber tenido el poder, y de
haber tenido poder también durante la oposición. Deberán hacer una
autocrítica importante, y darse cuenta que deberán tener un cambio en
como manejar su poder. El Radicalismo y las fuerzas de oposición deberán
darse cuenta que atomizadas no tienen ningún futuro, tienen por delante
el desafío de tener una vida interna intensa, activa, pero sin que esto
signifique rompimiento. En todos estos años de democracia hay
responsabilidades de todos los sectores políticos.
LP: Es decir, han pesado más las posiciones personales de los
dirigentes.
NC: Así es, lo personal pesa mucho en todas partes, y en la
Argentina mucho más, como consecuencia de esta falta de estructuras que
he venido mencionando.
LP: La Ley de Radiodifusión que se tratará en el Congreso, la
forma en que se la quiere debatir y aprobar con esta composición del
Congreso, ¿es otro “capricho” interesado?, ¿producirá una ley
consensuada? ¿o no es la manera correcta?
n(la
entrevista fue realizada el 3 de septiembre de 2009, cuando la ley
todavía no había tenido su tratamiento en el Cogreso)
NC: No, no es la manera adecuada, lo cual es una pena. La
Argentina necesita de una ley de radiodifusión, de una ley dada por la
democracia que no perjudique ni beneficie a nadie en particular, ni al
gobierno ni a Clarín, a nadie. Sin duda cualquier estructura oligopólica
en la comunicación es mala, decididamente mala. El problema de esta ley,
es que no busca evitar esas situaciones, sino lo que busca es como puede
anular o neutralizar a Clarín. Por eso es que el marco en el que se ha
planteado el debate –esto es, la confrontación entre el Gobierno y
Clarín– le ha impreso una severa distorsión a esta discusión esencial e
imprescindible que requiere análisis, conocimiento técnico y generación
de consensos. Se han cometido últimamente muchos errores en materia de
política estratégica de los medios, pero esto se corrige con políticas
legales mejoradoras, y no empeorando las cosas, sino lo que sucede que a
caballo de esto, lo que se crea es una situación, que yo veo como mucho
más peligrosa para todos. Leí toda la ley, y tiene algunas cosas muy
buenas, y otras malas. Las malas son muy malas. Tiene un núcleo duro,
enmascarado como cosa buena que es realmente peligroso. El tema de la
conformación de la autoridad de aplicación de la Ley, con una fuerza
mucho mayor que la que hoy tiene el Comfer, va a estar dominada por el
Poder Ejecutivo. El tema de la revisión de la licencia cada dos años,
para lo que se pone una excusa técnica, pero bajo esta excusa se pueden
producir condicionamientos muy fuertes. El tema que las empresas de
servicios públicos, aún con restricciones, estén en condiciones para
participar, es contradictorio, ya que la ley dice combatir el monopolio
y estas empresas son oligomonopólicas.
El tema de impedir que canales de aire tengan también canales de cable,
eso hay que hacerlo en lugares donde hay un solo canal, pero no en la
Ciudad de Buenos Aires donde hay más de un canal, donde se busca que
canal 13 se desprenda de TN, y América de América 24. Estos son
elementos realmente malos, son elementos muy concretos que generan
inquietud, y que le dan un alto nivel de injerencia al Ejecutivo, que
marca este objetivo prioritario del Gobierno de ver como neutraliza a
Clarín, y que para adelante genera los mismos problemas que hoy dice
combatir, en manos, tal vez de otros.
LP: Esta ley de radiodifusión es un punto muy importante, en la
democracia que aspiramos a construir, tal vez deba ser uno de los
primeros temas de consenso si se quiere tener un punto de partida para
la República, Ud. lo sufrió este tema cuando se tuvo que alejar de la
radio en que estaba.
NC: Así es, la libertad de información es esencial.
LP: Varios de sus colegas lo han señalado a Ud. cuando hemos
preguntado por los periodistas más creíbles de nuestro país, a otros
periodistas los hemos escuchado también coincidir en su nombre.
¿Cómo se consigue esto?
NC: Con honestidad. Siempre le repito esto a los periodistas
jóvenes, la carrera del periodista es una carrera de maratón, nadie es
una figura trascendente del periodismo a los 25 ó 30 años. El lugar de
cada uno, es un marcador que se va apuntando con los años. Es muy
importante poner a prueba los principios, es muy difícil esto, pero es
lo que a uno le da respaldo. Que uno sea creíble no significa que no
esté sujeto a críticas. Me preocupa lo que pueda pasar con el futuro del
periodismo, construir trayectorias es cada vez más difícil, esta es una
realidad para los periodistas, y creo que deberíamos trabajar más en
eso, con los colegas y con la sociedad. La sociedad tiene necesidad de
periodistas talentosos.
Que el periodista sea honesto no quiere decir que esté acertado o
equivocado, es honesto con el mismo y con la sociedad, y esto asegura la
búsqueda de la intención de la verdad y pluralidad de opinión.
LP: Puede darme su opinión de los acontecimientos políticos que
nos tocará en lo inmediato, y hasta las elecciones del 2011. ¿Estima que
habrá alguna fuerza de oposición como alternativa?
NC: Yo creo que sí, que habrá una oposición. El Kirchnerismo
además es generador de eso, pero vamos a tener unos años muy difíciles,
este es un Gobierno que todo lo que toca lo estropea, aún las cosas
buenas, porque ha tenido cosas buenas, pero luego las “tira por la
borda”. Dice que inicia el diálogo, y eso es bueno, pero cuando lo
instrumenta lo estropea. Es bueno que la Argentina tenga una ley de
radiodifusión democrática, y lo hace con intenciones malas, con
instrumentos que van a ser polémicos, y que no van a tener futuro. Esta
ley necesita estar bien consensuada, ha desaprovechado muchas cosas
buenas. Ha perdido elecciones con De Narváez, que es un candidato de
“poco fuste”. Ha hecho de Cobos un líder nacional, es increíble lo que
ha generado, pero es imposible cambiarlo, porque como ya vengo diciendo
desde hace 4 ó 5 años, el matrimonio Kirchner representa un problema “psicológico-político”,
hay una psiquis de creer que todo es como ellos creen que es, y esto
es una concepción de la vida, y sus posibilidades de cambio son nulas.
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