Nelson Castro  - Uno de los periodistas más creíbles de nuestro país, en una entrevista exclusiva para LinkPilar  (Octubre 2009)
 
"La deuda no es de la política, es de la dirigencia"
Nelson Castro nació en San Martín, provincia de Buenos Aires, en 1955. Es periodista egresado de la Escuela de Periodismo del Círculo de Periodistas Deportivos de Buenos Aires, y médico graduado con diploma de honor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires. En 1985 realizó una beca de periodismo político en el World Press Institute de Saint Paul, Minessotta, y en 1986, una beca de especialización en Neurología en la Universidad de Case Western Reserve de Cleveland, Ohio. Ha ganado numerosos premios nacionales ( Martín Fierro, Konex, Santa Clara de Asís, Broadcasting ) e internacionales ( New York Festivals y Rey de España ).

Escribió tres libros:
Enfermos de poder (2005) - Vergara
 

Los últimos días de Eva (2007) - Vergara
La sorprendente historia de los vicepresidentes argentinos

(2009) – Vergara

Actualmente conduce:
De Regreso  por Radio Mitre ( AM 790 L a V 18 a 21 hs.)
El Juego Limpio – por TN ( Jueves 22 hs.)
Es analista político del Diario Perfil

Jugando Limpio

 

LinkPilar: Médico y periodista... ¿cómo sucedieron y se fueron desarrollando ambas profesiones ?
Nelson Castro: Fue vocacional. De adolescente, ya tenía decidido que iba a ser periodista y médico. Cuando terminé la escuela secundaria ingresé al Circulo de Periodistas Deportivos, y simultáneamente comencé a cursar Medicina. Me recibí primero de periodista porque era una carrera de 3 años, mas corta, y después de Médico (Neurólogo). Ejercí ambas profesiones hasta el año 1994.

LP: ¿Le gustó más ser Periodista?
NC: Me gusta ser periodista como me gusta ser médico, me decidí por ambas cosas... me gustan las dos profesiones. Cuando como periodista se comienza a tener notoriedad y exposición pública, esto produce la paradoja de generar una demanda al profesional médico, y es difícil atender las dos cosas. Si se opta por tomar esta notoriedad desde el punto de vista lucrativo para la profesión de médico, es una cosa, pero si se toma esto con parámetros éticos, hay que tomar una decisión. Es inevitable que ambas profesiones se “contaminen”, y estos es incompatible. La altura de responsabilidad social que había generado la actividad periodística, mas toda una estructura de gente que dependía de mi, hizo que siguiera con el Periodismo. Lo médico era algo más individual.

LP: ¿Sus comienzos fueron en radio?
NC: En Radio del Pueblo, el 11 de Marzo de 1975. Hice deportes hasta 1984. Con el advenimiento de la democracia, hubo un concurso en Radio Municipal, para tomar gente nueva que hiciera un programa dedicado a gente joven, me presenté y gané el concurso. Ahí mi carrera cambió, comencé a dedicarme al periodismo político, que era algo que me gustaba muchísimo hacer. Me di cuenta que me faltaba formación para hacer este tipo de periodismo, por lo tanto me presenté a una beca en EE.UU. para hacer un Master de Periodismo Político, y tuve la suerte de ganarla, así que durante el año 1985 estuve en EE.UU haciendo eso. También sucedió que había revalidado mi título de médico, y estuve durante el año 86 y parte del 87 haciendo especializaciones en Neurología.



 

 

LinkPilar: Su labor de periodista político comenzó en 1984, con el advenimiento de la democracia, ¿cuál es su balance político de estos años, cuales fueron los hechos mas significativos, mas allá de la democracia misma ?
Nelson Castro: El elemento de haberse formado una cultura democrática. Ya con 26 años de ejercicio democrático, hay toda una generación que se formó en este aspecto, que lo tiene incorporado como patrón cultural, y esto es algo muy importante, es el cambio más importante que ha tenido la sociedad. El sistema ha dado muchos beneficios a la sociedad. Hay muchas deudas, que no son de la democracia, las limitaciones son de la dirigencia, y por supuesto son fuertes. El hecho de que la dirigencia Argentina, no haya conseguido establecer pactos mínimos comunes, para construir una República, esto es un problema. La Argentina tiene democracia, pero todavía no tiene consolidada una República, y este el desafío. Yo diría, que es la gran asignatura pendiente de estos 26 años de democracia.

LP: En su libro “La sorprendente historia de los vicepresidentes argentinos”, que comienza con Salvador María del Carril en 1854, hasta Julio Cobos, en nuestros días, se evidencian actitudes y comportamientos de la dirigencia política. Historias de traiciones, de dobles mensajes, de decir una cosa y luego hacer otra, de especular siempre con el beneficio personal en lugar de priorizar la representación y conducción del pueblo que los ha votado. Facetas muy desagradables de la actividad política. En nuestro país está marcada la política por estos matices. ¿Ud. cree que esto puede cambiar?
NC: Por supuesto que sí.
Lamentablemente, en todas partes del mundo sucede esto, es algo inherente a la “condición humana”, que en la política se potencia mucho más. Por eso es importante el sistema, y la conformación de una República, que implica normas e instituciones fuertes, que se impongan por sobre los desvíos de la condición humana de cada una de las personas. Esto es lo que nosotros no tenemos, y tampoco lo tenemos incorporado como “cosa cultural”. La sociedad argentina actual, se desarrolla en un contexto cultural donde violar la ley es un modo de vivir, no es algo que genera rechazo unánime. Tenemos que trabajar mucho sobre esto, y para eso es evidente una falta de liderazgo en la política que no ayuda para esa construcción. Este punto es una predica importante, que nosotros como periodistas tenemos que destacar como un valor a consolidar.

LP: ¿La debilidad de las instituciones es la que hace que un Gobierno pueda manejar de manera “caprichosa y sectorial” decisiones que deberían contemplar el bienestar general?.
NC: Así es, es inquietante. Ese es uno de los desafíos que en este momento está poniendo a prueba a nuestra democracia, al sistema de República.
Uno de los motivos es lo que dije anteriormente, sobre la falta de acuerdos mínimos entre la dirigencia política, por eso algunos se están “despertando” de esto, y están teniendo alguna versión autocrítica de los cosas. Están viendo que cuando no hay acuerdos mínimos, todos pueden ser víctimas de todos. Esta es una visión que está llegando a la Argentina con 26 años de demora. España la tuvo antes con el Pacto de la Moncloa, sobre el cual mucha gente habla sin saber. Este pacto nació primero como emergente de las condiciones socio-económicas de España, cuando el 25 de Octubre de 1977, se firma el Pacto de la Moncloa, lo que había dado pie a ese acuerdo fue el alto índice de inflación y desocupación. Lo que ocurrió allí, fue que superaron diferencias personales, dirigentes nada menos que como Adolfo Suárez y Santiago Carrillo, que aprovecharon esa coyuntura para generar acuerdos políticos que le dieron a España el punto de partida de su recuperación y su inserción en la modernidad. Políticamente pueden tener agresiones, a veces importantes, pero mantienen siempre el acuerdo en 4 ó 5 puntos fundamentales. Esto es lo que le falta a la Argentina, un pacto aunque sea con acuerdos mínimos.

LP: ¿Nuestra democracia tendrá la madurez para un acuerdo así?
NC: Yo creo que está surgiendo esa posibilidad. Primero, se están dando cuenta que sin estructuras partidarias importantes es muy difícil mantener la gobernabilidad. Se puede ganar una elección pero no se puede gobernar. Segundo, que esta idea de que en el país puedan existir 50 ó 60 partidos políticos, no creo que pueda ser, podrán existir 2 ó 3, y luego los demás partidos chicos, pero la estructura partidaria es la que da la gobernabilidad. Tercero, hay un desafío importante para el Peronismo, han gobernado por 18 años al país, y la pobreza no se ha reducido, los postulados sociales del Peronismo no se han visto reflejados en sus gobiernos, después de haber tenido el poder, y de haber tenido poder también durante la oposición. Deberán hacer una autocrítica importante, y darse cuenta que deberán tener un cambio en como manejar su poder. El Radicalismo y las fuerzas de oposición deberán darse cuenta que atomizadas no tienen ningún futuro, tienen por delante el desafío de tener una vida interna intensa, activa, pero sin que esto signifique rompimiento. En todos estos años de democracia hay responsabilidades de todos los sectores políticos.


LP: Es decir, han pesado más las posiciones personales de los dirigentes.
NC: Así es, lo personal pesa mucho en todas partes, y en la Argentina mucho más, como consecuencia de esta falta de estructuras que he venido mencionando.
LP: La Ley de Radiodifusión que se tratará en el Congreso, la forma en que se la quiere debatir y aprobar con esta composición del Congreso, ¿es otro “capricho” interesado?, ¿producirá una ley consensuada? ¿o no es la manera correcta?

n(la entrevista fue realizada el 3 de septiembre de 2009, cuando la ley todavía no había tenido su tratamiento en el Cogreso)
NC: No, no es la manera adecuada, lo cual es una pena. La Argentina necesita de una ley de radiodifusión, de una ley dada por la democracia que no perjudique ni beneficie a nadie en particular, ni al gobierno ni a Clarín, a nadie. Sin duda cualquier estructura oligopólica en la comunicación es mala, decididamente mala. El problema de esta ley, es que no busca evitar esas situaciones, sino lo que busca es como puede anular o neutralizar a Clarín. Por eso es que el marco en el que se ha planteado el debate –esto es, la confrontación entre el Gobierno y Clarín– le ha impreso una severa distorsión a esta discusión esencial e imprescindible que requiere análisis, conocimiento técnico y generación de consensos. Se han cometido últimamente muchos errores en materia de política estratégica de los medios, pero esto se corrige con políticas legales mejoradoras, y no empeorando las cosas, sino lo que sucede que a caballo de esto, lo que se crea es una situación, que yo veo como mucho más peligrosa para todos. Leí toda la ley, y tiene algunas cosas muy buenas, y otras malas. Las malas son muy malas. Tiene un núcleo duro, enmascarado como cosa buena que es realmente peligroso. El tema de la conformación de la autoridad de aplicación de la Ley, con una fuerza mucho mayor que la que hoy tiene el Comfer, va a estar dominada por el Poder Ejecutivo. El tema de la revisión de la licencia cada dos años, para lo que se pone una excusa técnica, pero bajo esta excusa se pueden producir condicionamientos muy fuertes. El tema que las empresas de servicios públicos, aún con restricciones, estén en condiciones para participar, es contradictorio, ya que la ley dice combatir el monopolio y estas empresas son oligomonopólicas.
El tema de impedir que canales de aire tengan también canales de cable, eso hay que hacerlo en lugares donde hay un solo canal, pero no en la Ciudad de Buenos Aires donde hay más de un canal, donde se busca que canal 13 se desprenda de TN, y América de América 24. Estos son elementos realmente malos, son elementos muy concretos que generan inquietud, y que le dan un alto nivel de injerencia al Ejecutivo, que marca este objetivo prioritario del Gobierno de ver como neutraliza a Clarín, y que para adelante genera los mismos problemas que hoy dice combatir, en manos, tal vez de otros.

LP: Esta ley de radiodifusión es un punto muy importante, en la democracia que aspiramos a construir, tal vez deba ser uno de los primeros temas de consenso si se quiere tener un punto de partida para la República, Ud. lo sufrió este tema cuando se tuvo que alejar de la radio en que estaba.
NC: Así es, la libertad de información es esencial.

LP: Varios de sus colegas lo han señalado a Ud. cuando hemos preguntado por los periodistas más creíbles de nuestro país, a otros periodistas los hemos escuchado también coincidir en su nombre.
¿Cómo se consigue esto?
NC: Con honestidad. Siempre le repito esto a los periodistas jóvenes, la carrera del periodista es una carrera de maratón, nadie es una figura trascendente del periodismo a los 25 ó 30 años. El lugar de cada uno, es un marcador que se va apuntando con los años. Es muy importante poner a prueba los principios, es muy difícil esto, pero es lo que a uno le da respaldo. Que uno sea creíble no significa que no esté sujeto a críticas. Me preocupa lo que pueda pasar con el futuro del periodismo, construir trayectorias es cada vez más difícil, esta es una realidad para los periodistas, y creo que deberíamos trabajar más en eso, con los colegas y con la sociedad. La sociedad tiene necesidad de periodistas talentosos.
Que el periodista sea honesto no quiere decir que esté acertado o equivocado, es honesto con el mismo y con la sociedad, y esto asegura la búsqueda de la intención de la verdad y pluralidad de opinión.

LP: Puede darme su opinión de los acontecimientos políticos que nos tocará en lo inmediato, y hasta las elecciones del 2011. ¿Estima que habrá alguna fuerza de oposición como alternativa?
NC: Yo creo que sí, que habrá una oposición. El Kirchnerismo además es generador de eso, pero vamos a tener unos años muy difíciles, este es un Gobierno que todo lo que toca lo estropea, aún las cosas buenas, porque ha tenido cosas buenas, pero luego las “tira por la borda”. Dice que inicia el diálogo, y eso es bueno, pero cuando lo instrumenta lo estropea. Es bueno que la Argentina tenga una ley de radiodifusión democrática, y lo hace con intenciones malas, con instrumentos que van a ser polémicos, y que no van a tener futuro. Esta ley necesita estar bien consensuada, ha desaprovechado muchas cosas buenas. Ha perdido elecciones con De Narváez, que es un candidato de “poco fuste”. Ha hecho de Cobos un líder nacional, es increíble lo que ha generado, pero es imposible cambiarlo, porque como ya vengo diciendo desde hace 4 ó 5 años, el matrimonio Kirchner representa un problema “psicológico-político”, hay una psiquis de creer que todo es como ellos creen que es, y esto es una concepción de la vida, y sus posibilidades de cambio son nulas.


 

 

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